Presentación La Otra 180, abril de 2022
30 marzo 2022 Ensayo, La otra gaceta, Revista
Fernando Navarro García
Fernando Navarro García coordina este número especial dedicado a la Shoah o Shoá (Holocausto) y la poesía, que nos conduce inevitablemente a la antología «In Nomine Auschwitz» de Carlos Morales del Coso, a quien también agradecemos su valiosa complicidad con La Otra y deseamos que su esfuerzo siembre conciencias.
LA PALABRA COMO DEBER MORAL PARA RECORDAR LA SHOAH
(Introducción al libro «In Nomine Auschwitz» de Carlos Morales del Coso)
Soy católico y como tal mi carácter —mi ética— se ha ido forjando al calor del humanismo cristiano; un «ễthos» que resultaría inconcebible si lo desgarráramos de sus fuentes judaicas como por desgracia tantas veces hemos hecho a lo largo de la Historia. De niño no llegué a entender en toda su magnitud aquel pasaje del evangelio de San Juan, 1, 1-18 en el que se asocia la Palabra a la propia esencia Divina: «En el principio existía el Verbo [la Palabra] y el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios […]. En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió […]. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros».
La Palabra y el Verbo. Es un error interpretar literalmente este pasaje, pues el evangelista no se refiere a la palabra como mero instrumento de comunicación humana sino como algo infinitamente más trascendente. La palabra es un reflejo del alma y, en consecuencia, es una huella divina. Es mediante la palabra que los seres humanos manifestamos nuestra verdadera esencia, nuestros sentimientos más profundos bien sean de gozo o dolor, tristeza, miedo o esperanza y también mediante palabras evocamos o vislumbramos un atisbo de inmortalidad. La palabra mana del espíritu y este, al igual que las palabras, perdura y se alza frente a la muerte. Esta compilación de poemas de la Shoah que durante décadas ha ido atesorando Carlos Morales es la prueba no solo de la perdurabilidad del alma humana, sino también alimento de nuestro recuerdo y constatación de que por encima de dioses y religiones prevalece la Palabra.
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